lunes, 26 de abril de 2010

IDENTIDAD Y VIOLENCIA

La división de la población mundial por civilizaciones, religiones, razas, etc.. es un enfoque singularista de la identidad humana según el cual las personas somos únicamente miembros de un grupo.. esto supone un empequeñecimiento y es una buena manera de malinterpretar a casi todos los individuos del mundo.
En nuestra vida cotidiana somos miembros de una gran variedad de grupos y pertenecemos simultaneamente a todos ellos. Cada una de estas colectividades nos dan una identidad particular.
El mundo está formado por un universo de categorias diversas que conviven entre sí.
Sin embargo día a día nos vemos sometidos a un sin fin de sistemas de calificación que degradan lo que es común a la humanidad. Nos convertimos en prisioneros rígidamente encarcelados en pequeños contenedores de identidad, en vez de habitantes de un mundo amplio y plural.
Además con la idea de identidad única e inevitable se fomenta la violencia. La promoción de un sentido de identidad de un grupo de personas se puede convertir en una poderosa arma para tratar brutalmente a otro grupo. Ésto se debe al miedo y al rechazo provocados por la ilusión de una identidad única que no permite elección.
Es cierto que el sentido de identidad en ocasiones proporciona calidez en las relaciones con otros miembros del mismo colectivo, pero también provoca la exclusión del resto.

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